Es la primera mujer y primera representante de la música que lo obtiene.
Entre quienes han obtenido este reconocimiento destacan figuras como el poeta Gonzalo Rojas (1998), Premio Nacional de Literatura y Premio Cervantes; el Doctor Per-Ingvar Branemark (2002), padre de la Implantología Oseointegrada; el Psiquiatra Otto Kernberg, Director del Instituto de Desórdenes de Personalidad del Hospital de Nueva York y autor de numerosos textos de psiquiatría; Máximo Pacheco (2004), destacado Académico, Ministro de Estado, Senador y Diplomático Chileno, del Doctor Alfred Sommer (2006), por su contribución a la salud mundial y bienestar integral de la persona humana; José María Aznar, ex jefe del Gobierno Español, y Alvaro Uribe, Presidente de Colombia.
Durante su discurso la soprano hizo referencia al silencio y el dramatismo en la ópera. Explicó que estos son los pilares fundamentales para una gran representación. “Puede parecer una paradoja, en tanto música se define como la vibración del aire a determinadas frecuencias. Sin embargo, existe en las notas un antes, un durante y un después. El silencio predispone el corazón para sufrir la emoción pura y para lograr una comunicación y empatía con el auditorio. El silencio prepara para la vida, precede el nacimiento de cada uno de nosotros”, dijo la artista.
Respecto de la acción dramática agregó que es un suceso cotidiano, el escenario es la vida misma, sólo se precisan los actores y los espectadores. “La obra teatral cantada o hablada dota de un marco referencial y temporal a nuestros impulsos dramáticos. Nos reviste de una unidad que guía a nuestros impulsos para así presentarnos de manera coherente. Coherencia que se logra con una conjugación entre el material que provee el autor y las posibilidades del intérprete, la voz y el lenguaje corporal y también factor esencial un público receptivo”, afirmó.
Cristina Gallardo-Domâs opina que la ópera, el arte, la carrera profesional y personal tienen que estar absolutamente fundidas en el artista. “Siempre me he negado a elegir arte o vida. Es para mí un privilegio conjugar el ser madre, esposa y artista. Ambas vidas se necesitan una a la otra y se deben conservar vivas y en continua efervescencia. Así es como creo comienza el arte”, acotó.
Cristina Gallardo-Domâs dio a conocer su deseo de trasmitir a la juventud sus conocimientos. “Siempre me ha interesado abordar la formación de jóvenes talentos, en serles útiles y servirles de inspiración y de ejemplo en los momentos más fulgurantes de mi carrera artística”, dijo.
En este sentido agradeció a la Universidad Andrés Bello “por permitirme la posibilidad de dar cauce a mis ideales, los cuales compartimos. Que haya tenido en consideración integrarme a su prestigioso claustro de Doctores Honoris Causa. Dedicó a toda la universidad estos momentos mágicos, rubricados por un galardón que honra el saber, la teoría y la práctica. Este es mi modesto aporte a los valores universales de la educación y la cultura”, concluyó.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario