Con gran éxito se celebró ayer el concierto, que me perdí, en Oviedo, de la soprano María José Moreno y el prometedor tenor Antonio Gandía.
1 comentario:
Anónimo
dijo...
Pues lo cuento yo por tí:
Asociación Lírica Asturiana Alfredo Kraus Maria José Moreno, soprano Antonio Gandía, tenor Orquesta Sinfónica Ciudad de Oviedo, dirigida por Miquel Ortega.
Empecemos por la orquesta y su director. La OSCO parece apreciarle, porque sonaron realmente bien. La garra que pusieron en las oberturas de Candide (yo hablando bien de Bernstein, o tempora o mores) y el Murciélago (¡gloriosa!, chispeante, tensa, a lo Carlos Kleiber totalmente) ha faltado en otros conciertos de la orquesta a los que yo he asistido. Muy bien en el acompañamiento de los cantantes, unos tiempos que les permitían cantar cómodamente, se notaba complicidad, aunque los proletarios que estaban en gallinero y no panchamente como Monseñor en la fila 8, butaca 10, en el mismísimo centro del Auditorio con los cantantes enfocados DIRECTAMENTE hacia mí, dicen que en ocasiones la orquesta les tapaba. Un gran trabajo, en definitiva; de hecho no me habría importado que tocaran otro par de oberturas (Fidelio, Leonora III, La Forza del Destino, Ruslán y Ludmila, Semiramide, vamos, las que me gustan a mí) y seguir disfrutando otros cuantos minutos.
Yo llamaría al tenor AnDOnio Gandía, si tuviera que hacer un resumen. La facilidad de este hombre para irse al sobreagudo es pasmosa. Le tocaba bailar con las más fea: Hija del Regimiento, Romeo, Elisir y Werther, además de los dúos de Sonnambula y Elisir. Determinadas espectadoras cerca de mí no paraban de soltar, cada vez que aparecía en escena, "uy, qué bien cantaba esto Kraus". Lo juro por Snoopy. Y sin embargo, pasó gallardamente la prueba.
Para abrir boca, la Hija del Regimiento. Sin problemas, toma ya, uno detrás de otro, aunque se le notaba un poco nervioso. Precioso Romeo, y después del descanso fue como si se hubiera convencido de que lo estaba haciendo bien, porque cantó una Furtiva lagrima muy buena, y un Werther (en un homenaje a Kraus, imagínense vuesas mercedes a todo el mundo poniendo el listón a la altura de Sergei Bubka) sentidísimo, con unos agudos llenos, plenos, que quedaron flotando por el Auditorio, perfectamente coordinado con la orquesta. La voz no es muy grande, pero todavía es muy joven y tiene mucha carrera por delante, y el material, creo yo, es bueno. Puede haber aquí un lírico de calidad, si sigue la senda de José Bros.
Dos dúos de ópera y dos de zarzuela (en las propinas) nos mostraron la buena articulación entre los cantantes. En la Sonnambula estuvieron un poco fríos (veo yo más lírico que ligero a Gandía), pero el Elixir lo BORDARON. Genialmente cantado y actuado. Muy bien en la Tabernera del Puerto y mejor aún en Doña Francisquita.
Para el final, María José Moreno. El que busque objetividad puede parar de leer aquí. Adoro a esta mujer, y no pienso apearme de mis sectarias opiniones. ¿Y saben vuesas mercedes qué les digo? Que no soy capaz de contarlo. Norina, Julieta, Adina y Rosina. Cantadas, actuadas, sentidas. La manera de decir "ma" en el Barbero y dejar caer la mandíbula después hipnotiza. La forma de colocar la cadera y ponerse pizpipeta enamora. Recitativo, aria y caballetta con variaciones para la Sonnambula, ESCANDALOSAMENTE POCO APLAUDIDA, RELECHE.
Poco público, maldición que arrastra esta Asociación en todo lo que organiza. Y tampoco especialmente chillón: faltó el dueño de este blog, que es el que caldea los ambientes. Monseñor con su vocecilla poco puede hacer, aunque conseguí que los de mi fila se quedasen aplaudiendo y Moreno tuviera que volver a salir tras Rosina a saludar.
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Pues lo cuento yo por tí:
Asociación Lírica Asturiana Alfredo Kraus
Maria José Moreno, soprano
Antonio Gandía, tenor
Orquesta Sinfónica Ciudad de Oviedo, dirigida por Miquel Ortega.
Empecemos por la orquesta y su director. La OSCO parece apreciarle, porque sonaron realmente bien. La garra que pusieron en las oberturas de Candide (yo hablando bien de Bernstein, o tempora o mores) y el Murciélago (¡gloriosa!, chispeante, tensa, a lo Carlos Kleiber totalmente) ha faltado en otros conciertos de la orquesta a los que yo he asistido. Muy bien en el acompañamiento de los cantantes, unos tiempos que les permitían cantar cómodamente, se notaba complicidad, aunque los proletarios que estaban en gallinero y no panchamente como Monseñor en la fila 8, butaca 10, en el mismísimo centro del Auditorio con los cantantes enfocados DIRECTAMENTE hacia mí, dicen que en ocasiones la orquesta les tapaba. Un gran trabajo, en definitiva; de hecho no me habría importado que tocaran otro par de oberturas (Fidelio, Leonora III, La Forza del Destino, Ruslán y Ludmila, Semiramide, vamos, las que me gustan a mí) y seguir disfrutando otros cuantos minutos.
Yo llamaría al tenor AnDOnio Gandía, si tuviera que hacer un resumen. La facilidad de este hombre para irse al sobreagudo es pasmosa. Le tocaba bailar con las más fea: Hija del Regimiento, Romeo, Elisir y Werther, además de los dúos de Sonnambula y Elisir. Determinadas espectadoras cerca de mí no paraban de soltar, cada vez que aparecía en escena, "uy, qué bien cantaba esto Kraus". Lo juro por Snoopy. Y sin embargo, pasó gallardamente la prueba.
Para abrir boca, la Hija del Regimiento. Sin problemas, toma ya, uno detrás de otro, aunque se le notaba un poco nervioso. Precioso Romeo, y después del descanso fue como si se hubiera convencido de que lo estaba haciendo bien, porque cantó una Furtiva lagrima muy buena, y un Werther (en un homenaje a Kraus, imagínense vuesas mercedes a todo el mundo poniendo el listón a la altura de Sergei Bubka) sentidísimo, con unos agudos llenos, plenos, que quedaron flotando por el Auditorio, perfectamente coordinado con la orquesta. La voz no es muy grande, pero todavía es muy joven y tiene mucha carrera por delante, y el material, creo yo, es bueno. Puede haber aquí un lírico de calidad, si sigue la senda de José Bros.
Dos dúos de ópera y dos de zarzuela (en las propinas) nos mostraron la buena articulación entre los cantantes. En la Sonnambula estuvieron un poco fríos (veo yo más lírico que ligero a Gandía), pero el Elixir lo BORDARON. Genialmente cantado y actuado. Muy bien en la Tabernera del Puerto y mejor aún en Doña Francisquita.
Para el final, María José Moreno. El que busque objetividad puede parar de leer aquí. Adoro a esta mujer, y no pienso apearme de mis sectarias opiniones. ¿Y saben vuesas mercedes qué les digo? Que no soy capaz de contarlo. Norina, Julieta, Adina y Rosina. Cantadas, actuadas, sentidas. La manera de decir "ma" en el Barbero y dejar caer la mandíbula después hipnotiza. La forma de colocar la cadera y ponerse pizpipeta enamora. Recitativo, aria y caballetta con variaciones para la Sonnambula, ESCANDALOSAMENTE POCO APLAUDIDA, RELECHE.
Poco público, maldición que arrastra esta Asociación en todo lo que organiza. Y tampoco especialmente chillón: faltó el dueño de este blog, que es el que caldea los ambientes. Monseñor con su vocecilla poco puede hacer, aunque conseguí que los de mi fila se quedasen aplaudiendo y Moreno tuviera que volver a salir tras Rosina a saludar.
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