Aparecida en "El Comercio" con motivo de la presencia de la mezzo en Oviedo, para intervenir en "La Favorita".
Es una de las grandes mezzos. Mujer contundente de voz clara y sonrisa fácil, Dolora Zajick vuelve estos días a Asturias para dar vida a la Leonora de 'La favorita' que se estrena el miércoles en el teatro Campoamor de Oviedo. Hace más de una década de su primera visita a la temporada asturiana, y aún se recuerda su actuación como Azucena en 'Il trovatore'. Esta especialista en interpretar a Verdi aborda ahora a Donizetti en una versión en italiano que no le entusiasma tanto como la francesa. La cantante nacida en Oregón y educada en Nevada cuida con mimo una voz que la ha llevado a recorrer el mundo entero. De Europa a América, del Lyric Opera de Chicago a la Scala de Milán. El Campoamor la espera ahora.
-En primer lugar, ¿cómo se siente en Oviedo? ¿cómo están siendo estos días de ensayos?
-Oh, ha sido estupendo volver. Estuve cantando aquí hace tiempo, y tengo muy buenos recuerdos de esta ciudad.
-¿Qué recuerdos? Creo que fue en 1992 cuando vino por primera vez.
-Sí, pero he estado muchas más veces en España, y recuerdo que aquí hice 'Il trovatore' y que el público fue encantador. Además, me gusta el clima, llueve mucho pero a mí me gusta, es bueno para mi voz.
-Ha cantado en Nueva York, en Viena, en Barcelona... En los mejores y más grandes escenarios, ¿qué supone actuar en un teatro pequeño como este? ¿Hay diferencias?
-Sí, y es mejor cantar aquí que hacerlo en un lugar grande. Se pueden apreciar mejor todos los detalles de la función, observar las expresiones de la cara... Hagas lo que hagas no se pierde como en los grandes escenarios.
-Luego lo prefiere.
-Creo que los pequeños teatros son mejores para todo el mundo y para cualquier repertorio.
-Es usted estadounidense y ahora mismo está en Europa. ¿Advierte diferencias entre un público y otro?
-El público es el público, no importa dónde esté. Si haces un buen trabajo, la audiencia lo aprecia y lo de menos es el país.
-Pero algunos cantantes cuando visitan España suelen decir que el público es aquí más cariñoso.
-Sí, pero es que yo pienso que en los países latinos, en todos los que están alrededor del Mediterráneo, la gente es más expresiva. Nunca olvidaré cuando cantaba en una compañía de ópera en el medio oeste americano y el público era muy frío. Cantaba 'Aída' y casi no aplaudían, así que para mí era terrible, estuve sufriendo durante una semana. Finalmente hablé con la directora general y le dije: 'El público no me me está respondiendo'. Y ella me dijo que no, estábamos en una oficina y me mostró una serie de cartas en las que decían que querían verme de bueno. Les gustaba, pero no lo expresaban.
-Pero si tuviera que escoger. ¿Público europeo o americano?
-Me gusta cantar en ambos lugares.
-Esta ópera se canta en italiano, y en la actualidad la mayoría de las versiones se hacen en francés. ¿Le ha supuesto muchas dificultades?
-Es difícil porque no es tan buena como la versión italiana. Quiero decir, esta versión suena bien, pero cuando te adentras en el texto te das cuenta de que pierde elegancia. La música cambia y pierde carácter. Es también una buena obra en italiano, pero yo personalmente prefiero la francesa.
-Su personaje, Leonora, ¿sufre también algún cambio por esta razón linguística?
-No, mi personaje es el mismo, pero se desvanecen muchas cosas, porque la versión francesa es más específica. Por ejemplo, hay juegos de palabras que en italiano no se pueden hacer, e incluso con una frase como «mi vida es tan complicada», dicha en francés tiene más fuerza.
-La ópera se ambienta en España. ¿Un aliciente?
-Es estupendo, porque es más habitual que el bel canto se ambiente en otros lugares y España es un país en el que la gente ama la ópera.
-Está considerada la mejor mezzo soprano del mundo. ¿es duro subirse al escenario sabiendo que el público quiere ver a la mejor?
-Es una pregunta complicada. Por una parte, está claro que tienes que vivir con tu reputación; pero en el otro lado, lo realmente importante es la audiencia. Lo que un cantante tiene que hacer es servir a su público y a la música. Hay gente que dice que lo único importante es la música, pero no es verdad, ¿para quién cantas?, para la audiencia. Al final, la música es un vehículo para complacer al público. ¿Y para qué es la ópera? ¿por qué la gente va a ver una función? Por dos razones: porque quiere divertirse y porque quiere conmoverse. Y el trabajo del cantante es hacer que eso suceda.
-Pero, ¿pesa esa reputación?
-No,cuando estás en el escenario estás haciendo un trabajo y no tienes tiempo para pensar en eso, sólo estás metido en el papel.
-Usted tiene una amplísima trayectoria profesional. ¿Le queda algo por hacer?
-Siempre hay cosas nuevas que hacer... Nunca he sentido eso de 'oh, me muero por hacer este proyecto', no. Todo es una aventura. Eso sí, me gustaría hacer algo más de ópera contemporánea. Ya he tenido una experiencia en Nueva York, y es maravilloso porque es algo nuevo y puedes ayudar a crear el papel.
-Es cantante, vive en Reno (Nevada), donde también pinta y escribe poesía. ¿Una artista integral?
-Yo creo que si una persona es creativa, puede serlo en distintas disciplinas. Si alguien es capaz de crear con las palabras, también puede hacer algo bonito para la vista.
22 de enero de 2006
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