23 de mayo de 2005

Gran éxito de Villazón.

Al fin abren los ojos los liceístas.
Crítica del ABC:
Parecía un segundo estreno, con críticos venidos desde la capital del reino y agentes artísticos desde América. Y se vivió una tarde en la que no quedaron orejas ni rabos por cortar. El debut barcelonés del tenor mexicano Rolando Villazón como protagonista de este ya tercer reparto alternativo de «L´elisir d´amore» -ahora con la presión de las cámaras porque se está rodando un DVD- tuvo visos de legendario, porque el tenor maravilló, tanto que llegó a «bisear» su «Furtiva lagrima» reviviendo épocas ya olvidadas desde los tiempos de gloria de Alfredo Kraus, enamorando a los liceístas que lo vitorearon no sólo por esa voz toda esmaltada con la que bañó un decir exquisito, docto en el fraseo, lleno de talento, facultades y musicalidad -sólo alguna coloratura opaca se le resistió-, sino por ese olfato de actor que caracterizó sus andares. Él tomó prestado el Nemorino de Donizetti para vestirlo como si de un traje a medida se tratase, adaptando a su entero antojo cuanto le competía de la dirección de escena, dejándose espacio para la improvisación. Por eso mismo los miembros del coro no siempre le dieron la réplica oportuna, no le convidaron pan o no le rieron las gracias. Ahora, también es cierto que una tila para la hiperquinesia no le vendría mal antes de la función para redondear la faena ante un público latino, que no es igual al de Centroeuropa.

María Bayo, bastante nerviosa, se movió en el repertorio que más le va a la calidad de su voz -allí la esperan todavía muchas heroínas belcantistas-, incluso a pesar de esos sobreagudos algo justos o de un «fiato» que le jugó más de alguna mala pasada. Juntos, con Villazón, hicieron música de verdad, y de la buena. El Dulcamara de Bruno Praticò aportó una opción con un punto decadente, agudos imposibles y una falta de sentido en los «tempi» que descolocaba a sus colegas, al igual que el desconcentrado Belcore de Jean-Luc Chaignaud. El coro, salvo puntuales cabeceadas, volvió a brillar interpretando unos personajes que tiene más que asimilados y Daniele Callegari, desde el podio, volvió a demostrar sus dotes camaleónicas siguiendo a este relevo que salió por la puerta grande.